AEROSTERN nació con un sueño audaz en el año 2000. En ese momento, el mundo de la aviación en México estaba listo para un cambio, y fue como decidimos tomar el timón y liderar esa transformación.

Con una pasión incandescente por elevar los estándares de calidad en los servicios aéreos, AEROSTERN se propuso un objetivo claro: proporcionar a sus clientes una experiencia de vuelo sin igual. Y para lograrlo, necesitaban asociarse con los mejores.

Fue así como desde los albores de su existencia, esta empresa mexicana se convirtió en la orgullosa representante de una de las marcas más prestigiosas en la industria aeronáutica: GULFSTREAM.

Los aviones GULFSTREAM, símbolos de excelencia y prestigio, encontraron en AEROSTERN un hogar en México. Juntos, hemos escrito historias de vuelo que han desafiado los límites de lo posible y abriendo juntos nuevos horizontes en el cielo mexicano.

Desde vuelos de negocios que sellaron acuerdos cruciales hasta misiones humanitarias que llevaron esperanza a lugares remotos, cada momento a bordo de un GULFSTREAM representaba la promesa de un viaje excepcional, de seguridad impecable y de lujo incomparable.

Pero más allá de la excelencia técnica y el prestigio de la marca, lo que hizo que esta asociación perdurara a lo largo de los años fue el compromiso inquebrantable con los clientes. Cada vuelo era más que un servicio; era una experiencia diseñada con atención meticulosa a cada detalle, desde la bienvenida en tierra hasta el aterrizaje suave al final del trayecto.

Con el tiempo, la empresa creció y evolucionó, pero su compromiso con la excelencia nunca vaciló. A lo largo de las décadas, continuaron marcando el rumbo en la aviación mexicana, liderando con innovación, integridad y pasión por el vuelo.

Y así, el legado de esta empresa y su asociación con GULFSTREAM continuaron elevando los cielos de México, inspirando a futuras generaciones de aviadores a alcanzar nuevas alturas y a seguir soñando en grande.